Tierra de historia, cultura y tradiciones, Normandía desvela sus encantos a los visitantes que buscan autenticidad y belleza natural. Apacibles y protegidas, sus maravillosas comarcas albergan una increíble diversidad de paisajes, desde los bosques, boscajes y praderas campestres hasta los majestuosos acantilados costeros de Albâtre, pasando por la famosa bahía del Monte Saint-Michel, los meandros del valle del Sena, la Suiza normanda o los pantanos de Cotentin y Bessin. Destino de ocio y descanso, y auténtico remanso de paz, Normandía ha sabido conservar un importante patrimonio cultural, arquitectónico y gastronómico. ¡Marisco, cordero de los prados salados, sidra, pommeau y poiré, teurgoule (postre de arroz con leche), productos lácteos de Isigny o quesos del País de Auge son sólo algunos de los sabores que harán las delicias de su paladar!
Feudo de Guillermo el Conquistador y punto clave en el desembarco de 1944, Normandía alberga un gran número de lugares que atraen a los visitantes durante todo el año, empezando por el famosísimo Monte Saint-Michel, con su prestigiosa abadía benedictina, y siguiendo por el conocido castillo Gaillard, la catedral gótica de Coutances, la ciudad medieval de Bayeux, las ciudades histórico-artísticas de Caen y Rouen, las elegantes localidades playeras de Deauville y Bagnoles-de-l'Orne, los magníficos jardines de Monet, el encantador pueblo de Saint-Céneri-le-Gérei o el elegante castillo de Carrouges.
Normandía también propone una auténtica inmersión en la historia de la Segunda Guerra Mundial a través de las playas del desembarco, la Punta de Hoc, el memorial de Caen y los múltiples museos consagrados a este período.
Por último, los paisajes llenos de belleza de Étretat, Fécamp o Honfleur, que tanto sedujeron a los impresionistas del siglo XIX, no han perdido un ápice de su atractivo.