¿Acaso hay en el mundo un monumento más célebre y más característico que la famosa torre de Gustave Eiffel? Situado en el distrito VII, este inmenso monumento de hierro, auténtico desafío arquitectónico y técnico, es el símbolo actual de París y de Francia para los turistas procedentes de todo el mundo. La torre Eiffel, que constituye el orgullo de los parisinos, se convirtió rápidamente en el monumento de pago más visitado del mundo.
Fue construida entre 1887 y 1889, con motivo de la Exposición Universal de París de 1889, como expresión de la capacidad técnica francesa y para celebrar el centenario de la Revolución francesa. La torre Eiffel impresiona por sus increíbles dimensiones: 324 metros de altura, 18 038 piezas metálicas o 2 500 000 remaches. Todas estas cifras revelan la majestuosidad de esta gran Dama de hierro. Por otra parte, la torre Eiffel fue la edificación más alta del mundo hasta 1930, cuando fue destronada por la construcción del Chrysler Building de Nueva York.
Una multitud de visitantes hacen cola para poder contemplar una de las panorámicas más bellas de la ciudad de París. Desde el segundo piso, hay unas vistas incomparables de los edificios y monumentos parisinos. El famoso restaurante Jules Verne ofrece unos platos exquisitos en un marco elegante y de diseño. Los más temerarios subirán hasta el tercer piso, techo de la torre Eiffel, para codearse con las nubes y disfrutar de una impresionante panorámica de 360°, pudiendo tomarse una copa de champán si lo desean.
En el primer piso, un recorrido cultural que permite descubrir aspectos poco conocidos de la torre Eiffel, un espectáculo de inmersión en el mundo de la torre Eiffel, o un suelo transparente, que pretende ofrecer una experiencia única del vacío, son algunos de los atractivos que se ofrecen a los visitantes. Los niños también podrán disfrutar gracias a un libro-juego repleto de enigmas y adivinanzas diversas, con el que se puede descubrir de forma lúdica la historia y los misterios de la Dama de hierro.
Todas las noches, la prestigiosa torre parisina se viste con sus mejores galas, con una iluminación dorada y el centelleo mágico que se produce durante cinco minutos al principio de cada hora hasta la 1 de la mañana.
Al pie del monumento se extiende el inmenso jardín del Campo de Marte. Además de la increíble vista de la impresionante estructura metálica, cuenta con una agradable zona de pícnic y descanso. A la torre Eiffel se puede accede a pie, en bicicleta, en barco, en autobús o en metro, bajándose en la estación Bir-Hakeim.