En pleno corazón del Parque Natural Regional de Alto Languedoc, y más concretamente en Tarn, el macizo del Sidobre es la mayor meseta granítica de Europa. Territorio de paisajes insólitos, ofrece una sucesión de gigantescos bloques de granito con formas originales que desafían las leyes de la gravedad. El Peyro Clabado, o piedra clavada, constituye un ejemplo perfecto: con un peso de casi 800 toneladas, ¿cómo es posible que esta enorme roca se mantenga en equilibrio sobre una base mucho más pequeña? Entre otros sitios increíbles por descubrir están el caos de la Resse, que se asemeja a un río de rocas, el romántico lago de Merle, la Roca de la Oca o los Tres Quesos. ¡A pie o en bicicleta, intenete penetrar en los misterios que rodean a estas formaciones extraordinarias!
El Sidobre también cuenta con ciudades y pueblos auténticos con historias apasionantes, a veces rodeadas de leyenda. Descubra la de la princesa con los ojos de violeta en Burlats o pasee por Roquecourbe para contemplar las casas con entramado de madera. En Brassac, el viejo puente sobre el Agout nos cuenta su historia: antiguamente, separaba a los católicos de los protestantes.
En esta inmensa meseta boscosa también se desarrolla el sector de la industria del granito. Una vez extraído y trabajado, el granito se destina al arte funerario, a la decoración interior o al urbanismo.