Encaramada en un pico rocoso a 627 metros de altitud, la capital de Aveyron invita a los aficionados al patrimonio construido a descubrir sus múltiples riquezas, tanto arquitectónicas como artísticas.
La espléndida catedral de Nuestra Señora (siglos XIII al XVI), realizada en gres rosa, es una obra maestra del arte gótico y constituye el emblema de Rodez. Este monumento histórico con apariencia de fortaleza está rematado por un magnífico campanario labrado de estilo gótico flamígero, con sus dos torres macizas que enmarcan la fachada occidental. En su interior hay un jubé en piedra y unas sillas del coro en roble esculpido, del siglo XV, junto con una caja de órgano del XVII.
Alrededor de la catedral, el casco viejo presenta numerosos atractivos. Un recorrido por el centro histórico de Rodez nos descubre el palacio episcopal, con su escalera de herradura; las torres Corbières y Raynalde, del siglo XV; las calles peatonales comerciales o las espléndidas mansiones medievales y renacentistas, como, por ejemplo, las casas de Benoît, de Guitard, de Armagnac y de la Anunciación.
En cuanto a la cultura, podrá elegir entre el museo Fenaille, con su espléndida colección de estatuas-menhires y sus exposiciones dedicadas a la Antigüedad, la Edad Media y el Renacimiento; el museo de Bellas Artes Denys-Puech, con sus colecciones de escultura y pintura de los siglos XIX y XX, a las que se añaden exposiciones temporales de arte contemporáneo; el museo Soulages, con su colección de más de 500 obras y documentos del pintor Pierre Soulages, natural de Rodez.
El principal acontecimiento del verano es la Estivada, festival interregional de las culturas occitanas que se celebra la última semana de julio. Durante cinco días, y dentro de un ambiente agradable, ofrece música, canto, teatro, literatura, cuento, poesía, danza, cine y conferencias.
