La reserva natural de la península de la Caravelle está situada en la costa atlántica, en el municipio de La Trinité, dentro del Parque Natural Regional de Martinica. Con sus 388 hectáreas de espacios protegidos, es un destino predilecto para los amantes de la naturaleza. Salvaje y preservado, este territorio excepcional se caracteriza por una amplia variedad de paisajes, que van de la sabana herbácea al manglar, pasando por la costa rocosa, los acantilados abruptos y la selva seca. Sobre un suelo volcánico, la reserva natural de la Caravelle también acoge una fauna variada: plataneros, colibrís cornuditos, turpiales de Martinica, cuitlacoches pechiblancos o cangrejos capucos y cangrejos touloulous, la península está repleta de animales extraordinarios para observar.
Para disfrutar plenamente de los tesoros de la reserva, no hay nada como un recorrido a pie. Dos circuitos señalizados con salida del aparcamiento del castillo Dubuc se ofrecen a los aficionados a la marcha: un circuito corto de alrededor de 1.30 horas permite apreciar el manglar y la selva seca. Hay otro más largo, de cerca de 3.30 horas, que invita a descubrir la costa salvaje. Como el recorrido grande tiene poca sombra, es indispensable ir provisto de agua, crema solar y un sombrero si no se quiere pasar demasiado calor. Salpicado de magníficos miradores, el paseo cuenta con un gran número de diferentes paneles de interpretación que presentan la fauna, la flora y la geología de la península. Y para disfrutar de unas vistas increíbles de la península y los alrededores, diríjase al faro de la Caravelle, con su mesa de orientación, encaramados a 157 metros de altitud.
No lejos de allí se levantan en un marco magnífico los vestigios del castillo Dubuc, una antigua hacienda azucarera del siglo XVIII que en la actualidad forma parte de los monumentos históricos. Además de unas bellas vistas de la bahía del Trésor, aquí hay un pequeño museo dedicado a la historia del lugar.
