La famosa porcelana de Limoges, conocida en el mundo entero por su calidad y su finura, surgió en el siglo XVIII tras el descubrimiento del caolín en Saint-Yrieix-la-Perche. Este material de gran blancura, indispensable para la fabricación de la porcelana dura, permitió el desarrollo de la industria artesanal de la porcelana en Alto Vienne. En la actualidad, diversas manufacturas perpetúan esta gran tradición artística.
Es obligado visitar el museo nacional Adrien Dubouché, en Limoges. En este espacio, dedicado al mundo de la cerámica, se expone una importante colección de porcelanas duras y blandas, así como colecciones de alfarería, loza y gres.