Existen muchos pasajes cubiertos antiguos que atraviesan los edificios de los distritos I, II, III, VIII y IX de París. Estas galerías llenas de encanto, edificadas a lo largo del siglo XIX, poseen una decoración exquisita y están rematadas por magníficas vidrieras que permiten el paso de una luz tamizada. En la veintena de pasajes cubiertos existentes en la capital se han instalado tiendas, salones de té o restaurantes, resguardados de la lluvia y del viento.
Entre las más bellas, podemos citar a la célebre galería Véro-Dodat, de estilo neoclásico, en el distrito I; el pasaje Choiseul, en el distrito II, en el que vivió Louis-Ferdinand Céline durante su infancia; la galería Colbert, con su espléndida rotonda, rematada por una cúpula de vidrio, con su famosa cervecería con decoración Art Nouveau. Cerca del Palacio-Real, la galería Vivienne, por su parte, es uno de los pasajes cubiertos más característicos de París, con una magnífica decoración de estilo pompeyano neoclásico, compuesta de mosaicos, pinturas y esculturas. El pasaje Verdeau, en el distrito IX, atraerá más bien a los amantes de las antigüedades y a los coleccionistas de libros viejos y postales antiguas. Por último, el pasaje del Gran Ciervo, en el distrito II, tal vez sea el más espectacular, con su estructura de metal y hierro forjado de cerca de 12 metros de altura. Aquí, merece la pena visitar sus bonitas tiendas de artesanía y decoración.