A caballo entre los distritos IV, XI y XII de París, la gran plaza de la Bastilla es un lugar simbólico de la Revolución francesa. Aquí se produjo la célebre toma de la Bastilla del 14 julio 1789, acontecimiento que desencadenó el final de la monarquía absoluta en Francia. El perímetro de la antigua prisión-fortaleza, destruida durante el período revolucionario, todavía se puede distinguir en el suelo, y los vestigios de sus cimientos pueden contemplarse en la estación de metro existente en la plaza. Para celebrar el bicentenario de la Revolución, en 1989 se inauguró una ópera moderna, diseñada por el arquitecto canadiense Carlos Ott. Muy cerca de allí, en el centro de la plaza, se puede ver la famosa Columna de Julio, con la escultura en bronce dorado del Genio de la Libertad. Este conjunto, declarado Monumento Histórico, fue edificado en el siglo XIX para conmemorar las Tres Gloriosas de 1830 y la caída de la monarquía de Carlos X.
Además de su importante connotación histórica, la plaza de la Bastilla es el escenario de una vida nocturna particularmente intensa. Multitud de cafés, restaurantes, salas de cine y discotecas animan el barrio. La plaza también acoge diversos acontecimientos festivos, como el gran baile del 13 de julio, el desfile del Orgullo Gay o conciertos. Además, todos los jueves y domingos por la mañana se celebra a lo largo del bulevar Richard-Lenoir un mercado lleno de colorido y sabor, uno de los más grandes de todo París.