La ciudad histórico-artística de Nîmes es conocida por su patrimonio antiguo y su ambiente meridional particularmente festivo. El anfiteatro romano, magníficamente conservado, data de finales del siglo I-principios del siglo II, tiene 133 metros de longitud y 101 metros de anchura y puede albergar hasta 24 000 espectadores. Estas inmensas arenas están abiertas al público y acogen regularmente espectáculos, entre los que destacan las famosas “corridas” y las corridas de toros camarguesas.
Otro monumento estelar de la ciudad de Nîmes es la Maison Carrée (Casa Cuadrada), un espléndido templo romano de finales del siglo I con columnas rematadas por capiteles corintios. En frente de la Maison Carrée se levanta el Carré d'Art, un edificio moderno que alberga un museo de Arte Contemporáneo. La ciudad de Nîmes también posee un museo de Bellas Artes, en el que se exponen pinturas francesas y extranjeras de entre los siglos XIV y XIX.
A estos múltiples atractivos, hay que añadir la visita obligada al jardín de la Fontaine. Este maravilloso parque romántico, declarado “Jardín Destacado”, fue levantado en el siglo XVIII en torno a la fuente de Nemausus y los antiguos restos del templo de Diana y de la torre Magne. El paseo relajante por estos lugares desvela un jardín de estilo francés en la parte baja y una sucesión de plantas mediterráneas, pinos y cedros en la parte superior. ¡Desde la torre Magne, en la cima del monte Cavalier, la vista de los tejados de la ciudad es magnífica!
Antes de abandonar la capital de Gard, no deje de dar una vuelta por las callejuelas pintorescas de la ciudad vieja ni de tomar algo en una bonita plaza, como por ejemplo, la del Mercado, la de las Hierbas o la del Reloj.
En cuanto a acontecimientos, la Feria de Pentecostés, en el mes de mayo, es una gran manifestación festiva que dura cinco días y en la que el toro es el rey. Además de las corridas, en la Feria de Nîmes también es protagonista la música, que toma las calles del centro de la ciudad al ritmo de las bandas.