Prefectura de Meurthe y Mosela, Nancy fue capital del ducado de Lorena hasta mediados del siglo XVIII. En medio de costas de Mosela, en un valle rodeado de colinas, está a pocos kilómetros de la confluencia del Mosela y el Meurthe.
El patrimonio arquitectónico e histórico de Nancy es excepcional, y en él se distinguen tres grandes períodos.
La ciudad antigua, con las callejuelas que rodean la basílica de San Evre y la puerta de la Craffe, da testimonio de la Edad Media y el Renacimiento. Aquí se encuentra el museo Lorenés, que posee una de las mejores colecciones de escultura de Francia, y las tumbas de los duques de Lorena.
El siglo XVIII se ilustra con tres magníficas plazas que figuran en el patrimonio mundial de la UNESCO: la plaza Stanislas, por el nombre del rey de Polonia refugiado en Nancy en el siglo XVII, con sus magníficas fuentes y las verjas realizadas por Jean Lamour, la plaza de la Carrière y la plaza de Alliance. En el siglo XVIII también se trazaron las principales arterias comerciales del centro.
Por último, el famoso movimiento artístico de la Escuela de Nancy de principios del siglo XX se manifiesta en todos los edificios Art nouveau, muy numerosos, como la brasserie Excelsior o la Cámara de Comercio e Industria.
Fundada en 1901, la Escuela de Nancy reunión a una decena de artistas como Emile Gallé, Louis Majorelle, Jacques Gruber o Louis Hestaux para renovar las artes decorativas inspirándose en las ciencias de la naturaleza. Este movimiento artístico marcó la decoración (herrería, cristalería y cerámica, mobiliario, vidriera, etc.) de la ciudad otorgándole un carácter único. El imprescindible museo de la Escuela de Nancy alberga una colección de obras prestigiosas. Los barrios de Saurupt o Nancy Thermal con el parque de Sainte-Marie, los edificios comerciales entre el centro-ciudad y la estación, la colección Daum del museo de Bellas Artes, en la plaza Stanislas, con sus más de 600 piezas de cristal, o la villa Majorelle, joya del Art nouveau, son otros tantos testimonios de este período artístico.
También merece la pena ver el Museo Acuario, por sus peces raros y su colección de animales disecados; el museo de la Historia del Hierro; la Galería Poirel, consagrada al arte contemporáneo y al diseño; el espléndido jardín botánico Jean-Marie Pelt, con sus más de 12 000 especies cultivadas.
En la gastronomía abundan las especialidades locales: el paté de Lorena y los bocados de la Reina, herencia de la Corte de Estanislao, la ciruela mirabel, los macarons y los bergamotes, el pastel de Nancy y el baba con ron!
Nancy rinde homenaje cada año a San Nicolás, su patrón: acompañado de su amigo Père Fouettard, recorre las calles de la ciudad el 6 de diciembre repartiendo chocolate y pan de especias a los niños buenos. El período de Adviento otro momento especial en Lorena: Nancy no se olvida de las tradiciones con sus mercadillos navideños y sus actividades de fin de año.