Emplazada en el corazón de la antigua provincia del Borbonés, la ciudad de Montluçon conserva muchas huellas de la época medieval. El centro histórico, pintoresco a más no poder, con sus callejuelas típicas jalonadas por casas antiguas con entramado de madera, está dominado par la imponente silueta de la zona habitada del castillo de los duques de Borbón. Esta zona se encuentra flanqueada por un torreón cuadrado, una torre del reloj y una galería italiana. El castillo alberga el Museo de las Músicas Populares, un espacio en el que se exponen más de 800 instrumentos, cuando menos eclécticos, con una importante colección de zanfonas. Junto al museo, la explanada del castillo, con su mesa de orientación, ofrece una preciosa vista de los tejados y los campanarios de la ciudad.
Por debajo de las fortificaciones, el descubrimiento de Montluçon prosigue por sus plazas y callejuelas medievales, jalonadas de monumentos extraordinarios, como la casa de los Doce Apóstoles, el paso del Decanato y las iglesias de Nuestra Señora y San Pedro.
Edificada en los siglos XI y XII, la iglesia románica de San Pedro alberga una espléndida estatua de santa Magdalena de finales del siglo XV. La iglesia de Nuestra Señora, construida en el siglo XV, guarda un Cristo maniatado de piedra (siglo XV), y una estatua de Nuestra Señora de Montluçon del siglo XVII.
No lejos de allí, se extiende un agradable espacio verde propicio para descansar, el jardín Wilson, adornado con bonitos parterres de estilo francés.
El sábado por la mañana, día de mercado, la ciudad vieja de Montluçon cobra una gran animación, con sus numerosos puestos de productos frescos de la tierra. ¡Un bonito abanico de colores y sabores!
En cuanto a las festividades, hay que resaltar dos grandes acontecimientos: el carnaval de Bœuf Villé, que se celebra todos los años en marzo; el festival medieval, cada dos años en julio.