El molino de Barbaste, edificado en el s. XIII en la orilla derecha del Gélise, cerca de Nérac, presenta, con sus cuatro torres cuadradas, un aspecto de fortaleza. En él pasaba temporadas Enrique de Navarra, que pasaría a la Historia como el rey Enrique IV. Justo al lado, el puente románico de diez arcos del s. XII, que atraviesa majestuosamente las aguas del Gélise contribuye a dar un aire pintoresco al lugar.
Desde la orilla opuesta, le espera una hermosa vista del conjunto que forman el Molino de las Torres, el viejo puente y el apacible río.