El pueblo colgado de Loubressac domina los valles del Dordoña, del Bave y del Cère. El castillo, la iglesia y las casas antiguas de piedra con tejados de tejas marrones, llenas de pintoresquismo, crean un armonioso conjunto. Además, el pueblo ofrece a sus visitantes una magnífica vista de los valles circundantes.