En el corazón de París, a caballo entre los distritos I y IV, cerca de la estación de metro Cité, se encuentra el núcleo original de la capital francesa, la isla de la Ciudad. Rodeada por el Sena, al igual que la isla vecina, la isla de San Luis, es uno de los destinos imprescindibles de los turistas que visitan la Ciudad de la Luz.
El patrimonio arquitectónico y cultural que rodea a este lugar absolutamente increíble no deja indiferente a nadie. En este rincón de París disfrutará contemplando la catedral de Nuestra Señora, con sus famosas torres, célebre monumento gótico que no necesita presentación, o la espléndida Santa Capilla, con sus espléndidas vidrieras, que antiguamente albergó las reliquias de la Pasión de Cristo. Muy cerca de la capilla real, el descubrimiento del lugar prosigue con la Conciergerie, que bordea el muelle del Reloj, emplazada en la parte inferior del palacio de la Ciudad. Esta antigua prisión, donde la reina María Antonieta pasó sus últimos días durante la época del Terror, transporta a los visitantes a uno de los períodos más oscuros de la historia de París. En la visita se pueden ver reproducciones de mazmorras, la capilla conmemorativa de María Antonieta y unas salas góticas excepcionales.
Pero el encanto de la isla de la Ciudad reside sobre todo en su atmósfera apacible y romántica. A lo largo de los muelles, se puede deambular a orillas del Sena y pasar las horas contemplando los puestos de los libreros de viejo (bouquiniste), otro símbolo característico de París. ¡Entre viejas postales y libros antiguos, seguro que encuentra lo que busca! La tranquila plaza Dauphine, cantada por Jacques Dutronc hace algunos años, tampoco carece de encanto, con sus fachadas armoniosas y su plaza arbolada. En esta isla también tienen su sede dos instituciones importantes de la ciudad de París que pasan un poco desapercibidas. Si le interesa, podrá pasar delante del famoso número 36 del muelle de los Orfebres o de la prefectura de policía.
Los amantes del mundo vegetal no podrán resistirse al encanto del mercado de las flores, el último en su género que subsiste en París. Creado en 1808, está situado en la plaza Louis-Lépine y se celebra de lunes a sábado de 8:00 a 19:30. Plantas, arbustos y flores pintorescos se dan cita en este evento imprescindible. Los domingos, de 8 de la mañana a 7 de la tarde, da paso al mercado de los pájaros, igual de atractivo y animado.
