La capilla real de Saint-Louis se alza entre árboles, sobre el emplazamiento de un antiguo castillo, dominando el centro histórico de Dreux. Esta capilla de estilo neoclásico es la necrópolis de la familia de Orleans. Las vidrieras, fabricadas en la manufactura de Sèvres, así como los yacentes que reposan en la cripta de la capilla constituyen un testimonio excepcional del arte del siglo XIX.
El descubrimiento de la ciudad prosigue, al pie de la capilla real, con la iglesia de Saint-Pierre, el campanario del siglo XVI, las calles peatonales y el museo de Arte e Historia Marcel Dessal.
El bosque patrimonial de Dreux, repleto de senderos, hará las delicias de caminantes, ciclistas y caballistas.