El litoral de Sena Marítimo, en Normandía, con su espléndida y virgen Costa de Alabastro, está repleta de agradables localidades playeras. Dieppe fue la primera ciudad en conocer los baños de mar, cuando la duquesa de Berry empezó a viajar allí a partir de 1824, seguida por la aristocracia parisina. Con la llegada del ferrocarril a mediados del siglo XIX, en la costa de Normandía se construyeron lujosos hoteles, casinos, villas Belle Époque, hipódromos o campos de golf para acoger a estos nuevos turistas que acudían a disfrutar de los atractivos del lugar.
Dieppe es una de las localidades playeras más populares. ¡Su agradable paseo marítimo, su gran playa de guijarros, su castillo colgado y sus majestuosos acantilados le dejarán boquiabierto!
A pocos kilómetros de distancia, Varengeville-sur-Mer goza de una ubicación privilegiada en un acantilado a 80 metros sobre el nivel del mar. Esta situación inspiró claramente a muchos artistas como Monet y Corot. Verdadero tesoro del pueblo, la vidriera de la iglesia de San Valerio que simboliza el Árbol de Jesé es obra de Georges Braque.
Para contemplar el acantilado de creta más alto de Europa diríjase a Le Tréport. ¡Imagine el panorama que se divisa desde allí, a 106 metros de altura! Desde la hermosa playa de arena y guijarros la vista es igual de impresionante.
Famoso por sus magníficos acantilados de creta y su excepcional entorno natural, Étretat es sin duda una de las localidades playeras más bellas de Sena Marítimo.
Fécamp tampoco tiene nada que envidiar a sus vecinas. Ubicada en la parte baja del valle de Valmont, la ciudad que en el pasado atrajo a un gran número de impresionistas deleita a los senderistas con su muelle, y a los amantes de las visitas culturales con el palacio benedictino y el Museo de la Pesca. Cerca de allí, en la parte baja de los acantilados, la discreta ciudad costera de Petites Dalles es un antiguo y encantador pueblo de pescadores con hermosas villas de finales del siglo XIX.
Clasificado entre los pueblos más bellos de Francia, Veules-les-Roses es una de las etapas ineludibles de la Costa de Alabastro. ¡Sucumba al encanto de esta pequeña y romántica localidad playera, famosa por sus magníficas "chaumières" (casas recubiertas de paja) normandas, sus molinos antiguos, sus jardines floridos y por la Veulaise, su famosa ostra!
