Esta fortaleza del siglo XII, que domina desde lo alto de un dyke basáltico el valle del Ródano y el pueblo de Rochemaure, ha conservado de su pasado medieval un torreón románico, vestigios de la residencia señorial y murallas almenadas que descienden por la colina. En los alrededores del castillo, da gusto pasear por el barrio restaurado de la Fare, con sus pintorescas casas de piedra. En la parte baja se alza la silueta de la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles del siglo XIII, de estilo gótico provenzal.
En julio y agosto, un espectáculo de luz y sonido realza el patrimonio fortificado de Rochemaure.