Desde la década de 1950, el encantador pueblo medieval de Biot se convirtió en la capital del vidrio soplado. Tierra de artesanía, esta ciudad refleja todo el conocimiento de sus maestros vidrieros, que han hecho del vidrio de burbujas su marca de fábrica. El vidrio está cubierto de pequeñas burbujas de aire y actualmente existen más de 300 modelos distintos, todos los cuales se pueden contemplar en del establecimiento. En total, cerca de 500 000 piezas se exponen en la vidriería de Biot: jarrones, copas, esculturas y otras obras de arte reflejan la riqueza del patrimonio autóctono. Al igual que la rica región provenzal, estos objetos están cubiertos por mil y un colores (azul, naranja, verde, amarillo...) y poseen una precisión inigualable. La profesión de maestro vidriero es una de las más raras de Francia debido a la meticulosidad que requiere. Si desea observar a estos artesanos del vidrio en acción, visite el mercado de los vidrieros, donde podrá verlos soplar y dar forma a estas piezas inimitables.
Importante: cada año en julio Las Verriales acogen a una treintena de artistas en torno a un tema específico relacionado con el vidrio. Es la ocasión de descubrir creaciones realizadas específicamente para el evento que combinan modernismo y tradición.