La ciudad de Alençon, antigua villa de los duques de Normandía y capital de Orne, es famosa desde el siglo XVII por su punto de encaje, y cuenta con un rico patrimonio, tanto arquitectónico como cultural.
El viejo Alençon, que sirvió de fuente de inspiración al famoso novelista Balzac, se encuentra repleto de casas con entramado de madera y palacios con balcones de hierro forjado, e invita a su descubrimiento. Entre los sitios de obligada visita, citemos la iglesia de Notre-Dame, con su magnífico porche de principios del siglo XVI de estilo gótico flamígero; la casa de Ozé, antigua mansión del duque de Alençon, con su vergel conservatorio; el castillo de los duques, con sus torres con barbacana; la casa natal de santa Teresa de Lisieux, con su capilla, etc.
Otro lugar fundamental de la ciudad es el Museo de Bellas Artes y del Encaje, instalado en el antiguo Colegio de los Jesuitas, que alberga magníficas colecciones de encajes y pinturas.
Los jueves y los sábados por la mañana se celebra en la plaza de la Magdalena, al pie de la iglesia de Notre-Dame, un mercado lleno de colorido y de sabor.