Al pie del macizo del Coiron, en Ardèche meridional, se encuentra Alba-la-Romaine, famosa por haber sido la capital del pueblo de los helvios en la Antigüedad. De su glorioso pasado subsisten en nuestros días los restos de un teatro romano, un santuario y un centro monumental, que se pueden descubrir en un recorrido jalonado de paneles de interpretación.
Alba-la-Romaine no solo es reseñable por la antigua ciudad galorromana de Alba Helviorum, sino también por su precioso pueblo medieval, con callejuelas empedradas rodeadas de casas antiguas de piedra caliza blanca y de basalto negro, dominadas por un imponente castillo feudal (abierto al público entre Semana Santa y Todos los Santos).