El atractivo de la localidad marítima de Meschers-sur-Gironde, en Charente Marítimo, no termina en sus playas: sus acantilados calcáreos, que dominan el estuario del Gironda, albergan viviendas troglodíticas.
Situadas a 15 kilómetros de Royan, las cuevas de Régulus eran originalmente, hace 75 millones de años, agujeros naturales excavados en el mar. Posteriormente, fueron acondicionados por el hombre para servir de viviendas. El nombre de Régulus proviene de un navío, de la época de Napoleón, cuyo capitán lo hundió frente a Meschers para no entregarlo a los ingleses. Este sitio sirvió sobre todo de refugio para proteger a los protestantes durante las guerras de religión. El municipio adquirió las cuevas en 1980, y las mando restaurar antes de abrirlas al público en 1986. Este patrimonio excepcional se incrementó en 2003 con la adquisición de las cercanas cuevas de Les Fontaines.
Maniquís vestidos, objetos y herramientas han devuelto la vida a ambas cuevas. También se organizan muchas actividades, tanto para niños (rally de la Cagouille, juego de pistas de Minidik) como para todas las edades (las Nocturnas y las Deambulaciones, visitas y paseos nocturnos respectivamente).
En cuanto a las cuevas privadas de Matata, cuyo nombre surgió de una leyenda, han sabido poner de relieve y explotar este sitio excepcional. Su crepería dispone de un gran atractivo: una terraza en el acantilado que ofrece una vista excepcional del estuario del Gironda. El lugar también cuenta con un ecomuseo, en cuya audioguía se traza la historia de la vivienda troglodítica a lo largo de los siglos.
Meschers-sur-Gironde permite así matar dos pájaros de un tiro: visitar este patrimonio insólito y atípico y disfrutar de las cinco playas de arena fina y de la pineda circundante.