Originariamente, la potée (guiso) se cocinaba en un "pot" (puchero), lo que dio nombre a los distintos platos que se degustan en toda Francia. Los ingredientes siguen eligiéndose en función de la temporada y de los bolsillos, pero para la potée comtoise hay algunos imprescindibles.
Plato campesino y familiar, se distingue de los demás por la presencia de carnes ahumadas. Encontramos, entre otras: espaldilla, longaniza y tocino de salazón de Alto Doubs. A todo ello se añaden diversas verduras como patata, col, zanahoria, nabo y apio.
Su carácter invernal hace de él un plato copioso que permite a los campesinos aguantar perfectamente la jornada de trabajo. En general, se trata de un plato único que no necesita de ningún otro, y se acompaña con un vino regional.