La lavanda es el símbolo por antonomasia de Provenza. La lavanda se cultiva en Alpes de Alta Provenza, Drôme, Vaucluse y Altos Alpes. Después de recogida y destilada, la lavanda se destina a la perfumería y a la farmacia. Por otra parte, el aceite esencial de lavanda es conocido por sus numerosas propiedades calmantes, relajantes, cicatrizantes, antisépticas, etc. La lavanda se presenta también en ramilletes de flores con fines decorativos o en saquitos para perfumar los armarios. En la cocina, la infusión de flores de lavanda proporciona un toque de originalidad.
En Cabrières-d'Avignon, Vauclus, un museo de la Lavanda recrea la historia y la destilación de la lavanda. Por último, existe una gran oferta de circuitos por las Rutas de la Lavanda.