Borgoña no solo es famosa por su patrimonio histórico y arquitectónico, sino también por la calidad y el prestigio de sus vinos. Tres de los viñedos ubicados en Côte-d'Or y Yonne se distinguen por sus "Grands Crus" de excepción: la tierra de Chablis para los vinos blancos secos y el Côte de Nuits y Côte de Beaune para los vinos tintos y blancos. En torno a la localidad de Nuits-Saint-Georges, al sur de Côte-d'Or, solo el viñedo de Côte de Nuits produce 24 "Grands Crus" de Borgoña de las 33 denominaciones existentes. Esta técnica se remonta a una época muy antigua gracias a los monjes de la región que trabajaron la viña en la Edad Media.
Los grandes vinos de Borgoña proceden de dos cepas excepcionales: la chardonnay para el vino blanco, con notas de agrios y frutos secos, y la pinot negra, que ofrece un vino tinto aromático y afrutado. Producen "Grands Crus" notables como el Chablis, el Chambertin, el Clos-de-Vougeot, el Romanée-Conti, el Corton-Charlemagne o el Chevalier-Montrachet. También cabe citar la aligoté, una cepa blanca que ofrece un excelente "Premier Cru" como el Clos des Monts Luisants du Domaine Ponsot.
Para realzar este patrimonio excepcional, la Ruta de los "Grands Crus", con sus sesenta kilómetros, atraviesa 38 pueblos de los viñedos de Côtes de Nuits y Beaune. Recorriendo este increíble itinerario no solo podrá descubrir los vinos más importantes de Borgoña, sino también conocer famosos monumentos históricos, como el castillo de Le Clos de Vougeot o la fortaleza de Gevrey-Chambertin.
Por iniciativa de la Cofradía de los Caballeros Catavinos, el último fin de semana de enero se celebra una gran fiesta tradicional: la Saint-Vincent Tournante. Cada año se celebra en un pueblo vitícola diferente de Borgoña, y en esta fiesta es posible catar los mejores vinos de la región.
