La bahía del Monte-Saint-Michel no es la única que pueda enorgullecerse de sus corderos de prado salado, ya que la bahía de Somme también cuenta con unos animales igual de sabrosos. Los corderos se crían en las praderas que el mar inunda regularmente, que es lo que proporciona a la carne su gusto tan característico.
Poseedor de una DOC y del label Estran, el cordero de prado salado de la bahía de Somme pace en los pastos entre marzo y diciembre, alimentándose de hierbas marinas. Se encuentra en el mercado desde principios de julio a enero, y es apreciado por los gastrónomos y los grandes cocineros por su sabor excepcional y su carne delicada.
Todos los años, a principios de octubre, se celebra en Crotoy la fiesta de la trashumancia de los corderos. En ella, los lugareños y los turistas pueden asistir al desplazamiento estacional de los rebaños, un espectáculo en toda regla.