A las puertas de París, en Val-de-Marne, el castillo de Vincennes destaca por sus dimensiones y su elegancia. Este magnífico edificio, que fue residencia real del siglo XII al XVIII, ha conservado sus torres medievales, sus murallas, la Santa Capilla y su torreón del siglo XIV. ¡Es la mayor fortaleza real que sigue en pie, habiendo resistido el paso del tiempo y las guerras!
El famoso torreón de 50 metros, que hace del castillo una de las fortalezas medievales más elevadas de Europa, fue edificado hacia 1365 por Carlos V, rey de Francia, para albergar sus colecciones de objetos artísticos y manuscritos. A partir del siglo XV, el torreón se transforma en una prisión estatal, en la que estuvieron recluidos personajes famosos como Fouquet, Mirabeau, Diderot o el marqués de Sade. Las obras emprendidas por Carlos V para transformar la casa solariega familiar duraron hasta el siglo XVII. Aquí se combinan de forma armoniosa los estilos gótico flamígero y renacentista en un conjunto arquitectónico de gran elegancia. En la Santa Capilla, obra maestra de estilo gótico erigida en 1379, el espléndido rosetón y las vidrieras han sido restaurados.
En 1682, la corte real abandonó Vincennes para instalarse en Versalles. A continuación, el castillo cambió varias veces de función: manufactura de porcelana y loza, arsenal, panadería, etc. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue ocupado por las tropas alemanas, que incendiaron el castillo antes de la Liberación.
Venga a descubrir la historia de Francia visitando las estancias de Carlos V, el espectacular torreón, las dos oficinas del secretario del rey y la sala del Consejo. En la Santa Capilla, contemple la sala del Tesoro, la sacristía y el ático. Pasee por el camino de ronda, utilizado por los soldados para proteger la capital. Y recorra sin prisas las secciones de la biblioteca del Servicio Histórico de la Defensa (SHD), que se ha instalado en el castillo y acoge más de 800 000 documentos.