La Abadía de San Vicente se encuentra en Metz, en Mosela. Fue fundada en el año 968 en el lugar donde se había erigido una primera capilla, en medio de una isla formada por dos brazos del Mosela. Allí abundaba la vid y por eso se veneraba allí al patrón de los viticultores, Vicente de Zaragoza.
El obispo Thierry I, que había viajado a Italia, trajo reliquias del santo. Por tanto, serán conservados en la abadía que el prelado confía a los benedictinos.
El monasterio adquiere rápidamente poder real, tanto financiero como espiritual. Además, la abadía resulta ser un centro de enseñanza que tiene todo lo de una universidad adelantada a su tiempo.
En el siglo XVII comenzó una decadencia con el régimen de encomienda que confiaba la dirección de la abadía a superiores que ya no residían en ella y se preocupaban sobre todo de los ingresos que ésta les proporcionaba. Uno de ellos fue el cardenal Mazarino.
En el siglo XVIII, una campaña de obras dotó a la abadía de nuevos edificios conventuales y la iglesia abacial fue embellecida y ampliada.
De estilo gótico, había sido incendiada en 1395. Entre 1754 y 1756 se decidió una reconstrucción total de la fachada occidental. En esta ocasión se añadieron dos vanos. La fachada oriental, por su parte, fue reconstruida entre 1768 y 1786, en estilo neoclásico, siguiendo el modelo de la iglesia de Saint-Gervais de París. Los edificios conventuales de la abadía también fueron reconstruidos según estos mismos cánones arquitectónicos.
En 1790, durante la Revolución Francesa, la abadía fue abandonada y sus monjes expulsados. La iglesia fue despojada de su rico mobiliario y luego requisada para diversos usos. Fue reasignado al culto en 1803. En 1804, el edificio del convento se transformó en una escuela secundaria (hoy escuela secundaria Fabert). Aún se conserva el claustro y su galería con arcos de medio punto y numerosas decoraciones escultóricas, las salas capitulares, los refectorios y sus mesas de mármol.
Las puertas están ricamente decoradas y algunas tienen nichos destinados a albergar estatuas de santos.
La iglesia y sus vidrieras del siglo XIX están ahora desconsagradas y albergan exposiciones y conciertos.
Por otro lado, los edificios conventuales dentro de la escuela rara vez son accesibles al público.
Toda la antigua abadía está protegida como monumento histórico. Se puede marcar una visita libre o guiada por el centro histórico de la ciudad. Información al +33 3 87 39 00 00.