¿A dónde piensa ir?
Al sur del Macizo Central, los amantes de la naturaleza y de las piedras antiguas podrán disfrutar de lo lindo descubriendo Corrèze, una región frondosa y apacible con innumerables atractivos. Pueden ser travesías en el Parque Natural Regional de las Mil vacas, con sus bosques, sus praderas y sus lagos o en las gargantas del Vézère, donde se practican los deportes de aguas bravas, la escalada y la BTT, o los paseos en torno a las cascadas de Gimel y Murel, en la causse de Corrèze y el alto valle del Dordoña, la desconexión y el aire puro están garantizados. El patrimonio construido es excepcional, con las torres de Merle, el castillo de Pompadour, la abadía de Aubazine, así como las preciosas ciudades medievales como Collonges-la-Rouge, Curemonte, Saint-Robert, Ségur-le-Château y Turena, las cinco incluidas entre los pueblos más bellos de Francia… Corrèze también destaca por su cocina local y la calidad de sus productos, que se encuentran en abundancia en los mercados locales.
Creuse es una tierra de descanso y regeneración que puede enorgullecerse de contar con una naturaleza hermosa, salvaje y protegida. Sus apacibles paisajes de colinas bucólicas, praderas en flor, lagos y hermosos bosques jalonados de caminos para la práctica del senderismo, así como también su rico patrimonio arquitectónico y artístico, que se descubre poco a poco en las ciudades con carácter, los edificios románicos, los castillos y los famosos tapices de Aubusson, constituyen otras tantos atractivos que agradarán a los amantes de la naturaleza, del descanso y de la autenticidad.
Alto Vienne, con sus paisajes relajantes y bucólicos, que van de los estanques y boscajes de Basse-Marche a los montes de Blond y de Ambazac, pasando por el valle de Vienne, es un destino propicio para el descanso y para el turismo verde. También tiene un importante patrimonio arquitectónico y artístico que se manifiesta en sus edificios religiosos románicos, sus fortalezas, sus ciudades medievales y la gran tradición de su porcelana.