Magnífica villa medieval, considerada una de las más bellas de Francia, Noyers despliega su encanto a lo largo de sus calles empedradas. Este lugar atrae a los amantes de los lugares con personalidad y de la gastronomía regional. Está enclavada en un meandro del Serein, y da testimonio de su cultura vitícola con la gran cantidad de bodegas instaladas en sus calles.
La identidad de este pueblo también está marcada por una agricultura próspera, y su nombre proviene de la palabra "nux" (nuez). Cada otoño los mercados de trufas de Borgoña exhiben puestos de productos suculentos y artesanales bajo las arcadas del centro. También el arte tiene un lugar especial en esta encantadora ciudad, y numerosos artistas y artesanos han abierto sus tiendas en este marco excepcional.
Da gusto curiosear entre las casas con entramado de sus calles empedradas. Algunas de ellas están decoradas con magníficas figuras esculpidas; otras aún conservan sus arcadas. No deje de detenerse a contemplar la casa de las Corporaciones o la casa del Esquematismo. Hay muchas más casas para ver, sobre todo alrededor de las preciosas plazas del Ayuntamiento, la "Petite Étape aux Vins" o el Almacén de Sal.
No se pierda tampoco el paraje del antiguo castillo, con sus torres, su agradable paseo y su mirador. En el museo medieval podrá visitar la torre de las murallas y el recinto fortificado del siglo XIII, así como una sala de armas y una colección de armaduras. Y desde lo alto disfrutará de una espléndida vista de la villa.
El museo de arte popular y naïf, instalado en un antiguo colegio del siglo XVII con una arquitectura destacada, alberga una de las colecciones más importantes de Yonne. Con el tiempo se ha ido llenando de objetos y lienzos eclécticos, obra tanto de artistas famosos como anónimos. Un insólito viaje poético no exento de humor.
El Serein, un apacible río que atraviesa el pueblo, completa la armonía del lugar. ¡El carisma de este enclave protegido hará las delicias de los fotógrafos ávidos de instantáneas!