Conocido en todo el mundo por su loza, el pueblo de Moustiers-Sainte-Marie, clasificado entre los más bellos de Francia, forma un conjunto extraordinario. Este pueblo típicamente provenzal con apariencia de nacimiento, dominado por una estrella colgada de oro fino, posee un gran encanto, con sus callejuelas y plazoletas donde da gusto pasear, sus fuentes refrescantes, sus talleres y tiendas de loza, y sus casas con fachadas elegantes dominadas por la silueta del imponente campanario de estilo románico lombardo de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Los amantes de la cerámica tienen una cita obligada con el museo de la Loza, que guarda una extraordinaria colección de lozas finas -del siglo XVII hasta nuestros días- realizadas por grandes maestros de la loza de Moustiers.
Encima del pueblo, en medio de elevadas escarpaduras calcáreas, se alza la capilla de Nuestra Señora de Beauvoir. A este bello edificio románico-gótico solo se puede acceder a pie, en un trayecto de unos veinte minutos, por un via crucis en pendiente con 262 peldaños. Una vez arriba, una soberbia vista de los tejados del pueblo, del valle del Maire y de la meseta de Valensole espera a los visitantes.