Situada en la localidad de Calmeilles, en los Pirineos Orientales, la iglesia Saint-Félix fue construida durante el siglo XII, ofreciendo a sus visitantes un buen ejemplo de arquitectura románica. Catalogado como monumento histórico, fue completamente renovado en la década de 1990 en piedra de piedra, con colores que van del blanco al marrón pasando por toques de rosa.
El pequeño edificio revela así una sola nave y un ábside semicircular en un estilo típico del arte románico rosellón. En su interior es posible admirar una bellísima Virgen con el Niño del siglo XII, pila bautismal de granito o incluso retablos de los siglos XVII y XVIII.