Brienne-la-Vieille es una pequeña ciudad muy bonita. Viejo, sin duda, pero no lo es, con sus macizos de flores, su hermosa y gran iglesia, y especialmente sus huertas tan bien cuidadas, que son solo pequeñas maravillas. Las casas encantadoras y floridas también son muy bonitas, algunas casas con entramado de madera recuerdan con orgullo los viejos tiempos.
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