'Rieumajou' à Caujac/Auterive

El entorno nos gustó mucho y el trato que recibimos fue aun mejor, un sitio fantastico tanto para parejas como para familias. Nadine nos informó muy bien de todas las actividades que se pueden hacer en la zona, que no son pocas. Nos sentimos como en casa.

El entorno, la casa, la comida y sobre todo la amabilidad de Nadine y de William. Todo maravilloso. Una semana para recordar.

Es el segundo año que vamos y, a pesar de que el tiempo no nos acompañó, tuvimos una estancia super agradable. Los niños disfrutaron como siempre y los mayores todavía más con las cenas que Nadine nos preparaba con los productos de su huerto. A destacar el interés de Nadine por solucionar cualquier contratiempo para que tuvieramos unas vacaciones perfectas. Tanto Nadine como William (y Mira, Titi y Schweppes, los perritos), son ya parte de nuestra familia.

Somos una pareja con dos niños pequeños y hace muchos años que somos usuarios de casas rurales. Nos encanta el sur de Francia y nos escapamos unos días siempre que podemos. Muchas veces hemos querido repetir en alguna casa, pero nunca lo hemos hecho hasta conocer esta casa. Fuimos en semana santa 2013, fue tan especial que decidimos repetir pocos meses después. La casa es fantástica, el jardín, la piscina, los alrededores, la comida... ¡Pero lo mejor es la compañía! Nos hemos sentido como en casa (es una frase muy trillada pero así ha sido). Hemos descubierto algunos secretos y cosas maravillosas que hay escondidas en esos hangares que Wiliam ha costruido (gracias por el paseo en esa pieza de museo del 1898!!!). Hemos disfrutado de la comida, compañía y conversación de Nadine y William, y nos hemos sentido de verdad relajados y a gusto. Es un sitio donde uno querría volver con regularidad, y espero que así sea! Hasta pronto, Nadine y Wiliam! Y gracias por todos vuestros detalles hy atenciones! Hortensia, Oscar, Nicolás y Mateo.

La experiencia en Rieumajou ha sido única, nada que ver con una estancia en un hotel. Nadine atenta a cualquier necesidad y siempre dispuesta a ayudarnos. Si además, quieres practicar francés, es una oportunidad única y recomendable. La casa es agradable, con unas vistas preciosas y relajantes. Ah, y no hay que perderse el momento Table d´hôtes donde además de compartir impresiones con Nadine y William pudimos degustar las especialidades locales... Sin duda, ha sido una semana inolvidable.