¿Quién dijo que los placeres del vino y la carrera a pie eran incompatibles? Creada en 1985 por un grupo de amigos maratonianos, y organizada después por un equipo de voluntarios, esta carrera insólita de 42,195 km reúne cada año en septiembre a cerca de 8000 participantes que vienen a disfrutar de los placeres del deporte y de las magníficas especialidades de la tierra.
A lo largo de todo el recorrido, los maratonianos, la mayoría de ellos disfrazados, son invitados a avituallarse con vino, ostras, foie-gras o entrecots. En total, 23 puestos de degustación de vino de Médoc esperan a los corredores. El camino también está jalonado de orquestas y animado por los habitantes de la región, que aprovechan el día para venir a animar a los participantes.
El maratón de Médoc también es una auténtica cita deportiva. El circuito, que forma un bucle con salida y llegada en Pauillac, atraviesa los pueblos de Saint-Julien y Saint-Estèphe y una cincuentena de castillos vitícolas. El trazado incluye algunos pasos de suelo pedregoso y unas cuantas pendientes, sobre todo en la zona de viñas.