Desde 1973, en la segunda quincena de agosto se reúnen en Montoire unos 300 artistas aficionados de todo el mundo para mostrar a un público fiel las danzas, cantos y músicas tradicionales del mundo. Cada edición recibe a una decena de grupos de los cinco continentes. Todas las noches se programan espectáculos bajo un palacio de tela: Además, hay exposiciones, conferencias con debate, cursillos de iniciación, comidas típicas con música, artesanía, animación de calle y emisiones de radio abiertas al público. Así, el festival empieza creando contactos y más tarde intercambios entre el público y los bailarines, y entre los propios bailarines de las diferentes regiones del globo, a pesar de sus diferentes costumbres, religiones, valores o color de piel.